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  1. EL BARROCO
    ASPECTOS POLÍTICOS, ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES
    El siglo XVII fue para España un período de grave crisis política, militar, económica y social que terminó por convertir el Imperio Español en una potencia de segundo rango dentro de Europa. Los gobernantes despilfarraron las riquezas que venían de las colonias americanas en lujos cortesanos y guerras en Europa.
                Llamamos Barroco a este siglo XVII lleno de contrates ya que, en una época caracterizada por la decadencia política y económica, se desarrolla el periodo más espléndido de las letras y las artes españolas.
    Tras el reinado del poderoso Felipe II, el trono español fue ocupado por los llamados Austrias menores:
    -                    Felipe III   (reinó de 1598 a 1621)’n
    -                    Felipe IV  (reinó de 1621 a 1665)
    -                    Carlos II   (reinó de 1665-1700)
    La monarquía de este periodo se caracteriza por el autoritarismo y la  cesión de poder del rey a  ministros de confianza o válidos, los cuales ejercían gran influencia sobre el monarca y eran responsables de importantes decisiones políticas. Destacaron el duque de Lerma (válido de Felipe III) y el conde-duque de Olivares (válido de Felipe IV).
    REINADO DE FELIPE III (1598-1621): El rey dejó su gobierno en manos del duque de Lerma.  En política exterior, el duque de Lerma adoptó una política pacifista y logró acabar con todos los conflictos heredados del reinado de Felipe II. Sin embargo, hubo gran corrupción política, el válido y los suyos se enriquecieron de forma escandalosa. Se dio una devaluación de la moneda porque el rey no quería aumentar los impuestos. La crisis era tan grande que cuando el rey subió al poder ya se debía la renta de los cuatro años siguientes. En política interior, la crisis no fue menos importante. El duque de Lerma procedió a la expulsión de los moriscos (1609), con lo que se arruinaron las tierras de regadío del litoral levantino, y permitió la generalización de la corrupción administrativa.
    REINADO DE FELIPE IV (1621-1665): El válido que gobernaba era el Conde Duque de Olivares. Éste involucró de lleno a España en la Guerra de los Treinta Años (1618), en la que España sufrió graves derrotas militares. En 1648, se firmó la Paz de Westfalia y en 1659 la Paz de los Pirineos, por estos tratados España reconoció la independencia de las Provincias Unidas (parte de los Países Bajos) y cedió el Rosellón. La política centralista del conde-duque de Olivares provocó numerosas sublevaciones en Cataluña, Portugal, Andalucía, Nápoles y Sicilia. La rebelión catalana fue sofocada el año 1652, mientras que la sublevación portuguesa desembocó en la independencia de ese país (1668).
    REINADO DE CARLOS II (1665-1700): Regencia de Mariana de Austria. Durante la segunda mitad del siglo, Francia aprovechó la debilidad militar española y ejerció una continua presión expansionista sobre los territorios europeos regidos por Carlos II. Como consecuencia de esta presión, la Corona española perdió buena parte de sus posesiones en Europa, de modo que a principios del siglo XVIII el Imperio español en Europa estaba totalmente liquidado. Como el rey tenía graves trastornos psíquicos y no podía tener hijos, las potencias europeas se disputaron el trono de España en la Guerra de sucesión. Lo conseguirá Francia instaurando su dinastía: los Borbones.
     En el siglo XVII España sufrió una grave crisis demográfica, consecuencia de la expulsión de los casi 300.000 moriscos y de la mortalidad provocada por las continuas guerras, el hambre y la peste. La sociedad española del XVII era una sociedad escindida: la nobleza y el clero conservaron tierras y privilegios, mientras que los campesinos sufrieron en todo su rigor la crisis económica. Fuerte contraste entre el gran empobrecimiento del pueblo y el lujo de la corte.
    La nobleza continúo como clase improductiva y ociosa, que vivía en el lujo y el despilfarro, y gozaba de múltiples privilegios. La corrupción y la inmoralidad cundieron entre los grupos de poder. La corte, al margen de lo que sucedía, se entregaba a las intrigas palaciegas y, sobre todo, a las fiestas, los gastos y la ostentación. Era una clase inoperante, concentraba la riqueza pero no la invertía en industria. La burguesía no tenía suficiente dinero para invertir.
    La miseria en el campo arrastró a muchos campesinos hacia las ciudades, donde esperaban mejorar su calidad de vida; pero en las ciudades se vieron abarcados al ejercicio de la mendicidad cuando no directamente a la delincuencia.
    Por otra parte, la jerarquización y el conservadurismo social dificultaban el paso de un estamento a otro y sólo algunos burgueses lograron acceder a la nobleza. La única posibilidad que se ofrecía al estado llano para obtener los beneficios que la sociedad estamental concedía a los estamentos privilegiados era pasar a engrosar las filas del clero.
    Este hecho, unido al clima de fervor religioso, trajo como consecuencia que durante el siglo XVII se duplicara el número de eclesiásticos en España. Además la monarquía garantizó la aplicación de los principios de la Contrarreforma, difundidos a través de las universidades y colegios, de la predicación y de la edición de libros.
    La Inquisición controlaba las manifestaciones culturales y  los valores religiosos impregnaron el arte de la época. Hubieron fuertes subidas de impuestos que pronunciaron más si cabe la miseria entre la población.
    Los principios católicos de la Contrarreforma influyeron de forma notable las manifestaciones culturales de la época. Durante este periodo, la monarquía y los grupos privilegiados (nobleza y clero), se dedicaron al fomento de actividades artísticas, es decir, a la práctica del mecenazgo. 
    La cultura oficial se hallaba en manos de las universidades y colegios, sin embargo, como la mayoría de la población era analfabeta, la información se trasmitía oral y visualmente. Esta circunstancia explica el auge de la enseñanza religiosa por medio de sermones, de las imágenes y de las fiestas.
    La cultura barroca aparece marcada por dos fenómenos destacables:
    -                    Tendencia al espectáculo. Se evidencia sobre todo en  las fiestas, pero también en la vida pública, en los rituales de la corte, en las ceremonias religiosas y en las procesiones.
    -                    Auge del teatro. Es el gran espectáculo de la época, y se halla sumamente vinculado a las fiestas
    La crisis del siglo XVII coincidió con una etapa de gran esplendor cultural, por lo que este periodo, junto con el Renacimiento, se conoce como Siglo o Siglos de Oro.
    Se considera que el Barroco es la expresión artística  de una visión del mundo y una actitud vital determinadas por un contexto socio histórico conflictivo.
    El hombre del XVII oscila entre la resignación y la rebeldía frente a la situación que le ha tocado vivir: es el vitalismo desengañado que caracteriza al hombre del Barroco.
    Perdidos los ideales de armonía y belleza del Renacimiento, las dificultades reales generaron una sensación de inseguridad e inquietud que desembocó en una concepción pesimista y en el sentimiento del desengaño.
    Creció la incertidumbre, causada por el velo de la apariencia y el cambio constante  que provocaron desconfianza, pues impedían ver la realidad; pero, a la vez, se despertó la fascinación por lo exótico, lo raro y lo deforme.
    Se intensificó el irracionalismo, la visión mágica de la realidad, las creencias en hechos sobrenaturales, la obsesión por la limpieza de sangre, el honor y la misoginia.
     EVOLUCIÓN DE LA MENTALIDAD EN LA NUEVA ÉPOCA.
    El Barroco rompe drásticamente con los valores de la etapa anterior.

    RENACIMIENTO
     BARROCO
    Estabilidad
    Inestabilidad
    Vitalismo
    Pesimismo y desengaño
    La vida es tránsito hacia la muerte. La existencia se concibe como una extinción; el tiempo pasa imperceptiblemente y conduce a la decadencia y a la destrucción.

    Reflejo en la literatura
    El sueño, el desengaño, la brevedad de la vida, la fugacidad de las cosas, las ruinas, etc., son algunos de los temas fundamentales de la literatura barroca.
    El mundo es un engaño y una irrealidad; nada es en él duradero. La vida es un sueño del cual se despierta en el momento de la muerte.
    Las actitudes ante esta concepción de la vida se pueden manifestar literariamente de diversos modos: a través de la crítica o la sátira de la realidad, mediante la evasión a través del entretenimiento o por medio del conformismo.

    Desconfianza en la naturaleza humana. El hombre barroco se ve obligado a desenvolverse en un mundo de falsas apariencias y para ello desconfía. El Barroco proyecta una visión escéptica y pesimista de la sociedad.
    Se desarrolla el género de la picaresca, que refleja la visión escéptica de la sociedad y del ser humano en un mundo de engaños y penalidades.
    El pesimismo favorece la búsqueda de respuestas en el ámbito religioso
    Temas como la predestinación o la salvación.




    Gusto por la sencillez y el equilibrio
    Artificiosidad y desequilibrio
    La inestabilidad se manifiesta en la expresión del movimiento en el arte.
    Reflejo en la literatura
    El estilo se hace dinámico y complejo. Se desarrolla una literatura difícil y recargada. Los autores recurren a menudo a la exageración.
    Tendencia al contraste y a la desproporción.
    Se presentan simultáneamente elementos contrarios: la belleza y la fealdad; lo serio y lo satírico; lo sublime y lo vulgar; la idealización y la caricatura.
    Los autores rompen la armonía renacentista entre forma y contenido. Culteranismo y conceptismo son dos modos diferentes de deshacer dicha proporción: el primero potencia la forma, y el segundo, el contenido.
    Se persigue el efectismo y la sorpresa.
    La literatura persigue la originalidad: se aparta de las normas clásicas del Renacimiento.

    Se busca una expresión inaudita, diferente


    POESÍA  BARROCA
    La poesía barroca se caracteriza por una notable variedad formal, genérica y estilística, por la diversidad de registros en el uso del lenguaje y por la demostración del ingenio mediante el empleo de recursos expresivos.
    Los autores del siglo XVII no son innovadores, parten de la estética renacentista y desde ella evolucionan para encontrar una nueva forma de expresión que se caracteriza sobre todo por la complicación formal.
    En el Barroco destacan dos grandes tendencias: el conceptismo, que está presente en todo lo barroco, y el culteranismo o gongorismo.
    El conceptismo es una corriente literaria que profundiza en el sentido o concepto de las palabras. Se puede definir como una agudeza mental que da preferencia a las ideas con el fin de impresionar la inteligencia o el deseo de decir mucho con pocas palabras “la sutileza en el pensar y el decir”. Se busca el significado, no la emoción.
    Para conseguir este objetivo utilizan frecuentes metáforas; juegos de palabras como el doble sentido; un estilo breve y conciso logrado mediante la elipsis o eliminación de palabras; antítesis de palabras, frases o ideas con el fin de impresionar o agudizar la mente. El máximo representante de esta corriente será Quevedo y en menos grado Lope de Vega.
    El culteranismo o gongorismo, en cambio, es una corriente literaria que cultiva la forma de las palabras dejando en segundo plano su contenido. Pretende crear un mundo de belleza, impresionando para ello los sentidos con los más variados estímulos de luz, color, sonido y con un lenguaje ampuloso y culto “un lenguaje dentro del lenguaje”.
     Los recursos que caracterizan esta corriente son el abuso de la metáfora con el fin de crear un mundo de belleza absoluta; el uso frecuente de cultismos; el abuso del hipérbaton y el uso de palabras parónimas (sonido parecido y diferente significado). El máximo representante será Luis de Góngora.
    Las diferencias de estas dos corrientes son más teóricas que reales. Los críticos han señalado que no se puede hablar de tendencias opuestas, ya que en poemas de Quevedo se pueden observar rasgos culteranos y en poemas de Góngora rasgos conceptistas. El culteranismo vendría a ser una evolución del conceptismo en la que importaba más la forma que el contenido.
    La poesía del XVII siguió cultivando los temas de la poesía anterior con intensificación de los recursos expresivos, predominan los textos que expresan la idea de desengaño y la conciencia de crisis de la época pero también se dan enfoques paródicos o burlescos.
    El rasgo más general es la diversidad de temas, de motivos y de enfoques, en consonancia con la visión del mundo de este periodo:
    -         Poesía amorosa: continúa la idea del amor renacentista: la expresión dolorida del yo poético por un amor frustrado, con la pervivencia de la descripción física de la amada, pero esta visión del amor puede ser modificada por la conciencia del tiempo, la prevención ante el dolor amoroso o el distanciamiento de la voz poética. Puede también aparecer tratado desde un enfoque paródico o burlesco.
    -         Poesía filosófica, religiosa y moral: Marcada por el pesimismo, desengaño, contraste entre realidad y apariencia, la fugacidad de la vida, la conciencia de la muerte, reflexión espiritual, el arrepentimiento… Se recuperan las ideas estoicas, que propugnan la guía de la razón  y el dominio de las pasiones para vencer la angustia ante la muerte, y la necesidad de una vida virtuosa: se censura la injusticia, las intrigas cortesanas, el dinero, las ambiciones, sobretodo en la poesía satírica.
    -         Poesía satírica y burlesca: Abunda la poesía de carácter paródico y humorístico, incluso la burla y el ataque personal. Se degradan los mitos clásicos, los temas y el estilo de la literatura anterior, los tipos sociales y las costumbres.
    LUIS DE GÓNGORA Y ARGOTE (1561-1627)
    Nació en Córdoba en una familia próspera y culta. Estudió leyes en Salamanca y a los veinticuatro años heredó el puesto de Racionero de la Catedral de Córdoba (cargo eclesiástico, con beneficio, que tiene su renta en la mesa del cabildo) aunque no se ordenará sacerdote hasta muchos años más tarde.
    Aficionado a la cultura, a poesía y a la vida alegre y a la vida alegre y nocturna, en su juventud tuvo problemas con el cabildo catedralicio, fue acusado de “vivir como un mozo” y ser aficionado a las corridas de toros y frecuentar las comedias.
    En 1617 se trasladó a Madrid, allí convivió con los políticos y escritores más famosos de su tiempo, y discutió vivamente con muchos de ellos, era notoria su enemistad con Lope de Vega y sobre todo con Quevedo.
    Como poeta gozó de una fama extraordinaria aunque tuvo dificultades económicas a la muerte de su valedor, el duque de Lerma, y también ocasionadas por su afición al juego.
    Los últimos años de su vida suponen la pérdida de sus valedores políticos y la falta de salud. Lo que se refleja en el tono desengañado de su poesía.
    OBRA POÉTICA
    Aunque partiera de la tradición popular, clásica o petrarquista, Góngora creó el lenguaje  poético más innovador de la época. Su producción, difícil y minoritaria, provocó entre sus lectores tanto rechazo  y encendidas polémicas, como admiración y seguidores.
    Góngora practicó la poesía de arte menor y la poesía petrarquista; en ambas ensayó diversos temas, y los trató con enfoques elevados o paródicos.
           Poesía de arte menor: Cultivó los romances moriscos, pastoriles, históricos y burlescos; de estos últimos destaca la Fábula de Píramo y Tisbe, versión jocosa y paródica de la historia amorosa clásica. También hay que destacar las letrillas, sobre todo las burlescas y satíricas.
           Sonetos: Los hay de tema amoroso y de incitación al goce en la línea petrarquista, aunque modificada por la conciencia del tiempo; otros son burlescos, y un tercer grupo trata del desengaño  y la fugacidad de la vida.
           Poemas mayores: Incluyen la Fábula de Polifemo y Galatea y Soledades, ambos de 1613. El Polifemo se basa en la versión que ofrece Ovidio  del mito. Su tema principal es el amor pero también destacan los motivos pastoriles, por la importancia  de la descripción del paisaje. La obra está escrita en octavas reales.
    En cuanto al estilo gongorino,  vemos que se caracteriza por la dificultad, debida a las alusiones mitológicas, al uso de un léxico culto y a la acumulación de recursos  retóricos.
           En el plano fónico, destaca el uso de aliteraciones y paranomasias.
           En cuanto a las formas sintácticas, se emplean oraciones extensas y complejas (con aposiciones e incisos), perífrasis alusivas, cultismos sintácticos, hipérbatos extremos, versos bimembres, correlaciones y reiteraciones de estructuras.
           En el léxico predominan los cultismos y, por la importancia concedida a los elementos sensoriales, los campos asociativos y las metáforas relacionadas con el color y la música.
    FRANCISCO DE QUEVEDO Y VILLEGAS (1580-1645)
    Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) nació en Madrid. Estudió con los jesuitas y en la Universidad de Alcalá. Vivió en Valladolid. En 1600 es Bachiller y escribe sus primeras obras. Comienza su polémica con Góngora y una vida de contrastes: de los escritos satíricos de El Buscón (h.1604) a su neoestoicismo, patente en la correspondencia epistolar con el flamenco Justo Lipsio.
     En 1605 se halla en Madrid y, hacia 1609, en plena crisis espiritual, busca refugio en la villa de La Torre de Juan Abad (Ciudad Real), cuyo "señorío" adquiere en 1620. Escribe algunos de los Sueños, que circulan manuscritos, y otros libros de poesía. En 1613 marcha a Italia al servicio del Duque de Osuna. Conocemos mal sus actividades de estos años, que le valieron, en 1617, el hábito de Santiago.
    Vuelto a la Península en los años 20, corrige y publica obras que chocarán con ediciones piratas. Escribe la Política de Dios, o imprime el Buscón (1626). En 1628 sufre su segundo destierro de apenas un año y ve algunas obras censuradas por la Inquisición. Entabla una relación inestable con el Conde Duque de Olivares, al que dedica su edición de Fray Luis de León, y en 1634 celebra un matrimonio desafortunado. En esta cuarta década del siglo escribe obras capitales: La cuna y la sepultura y el Marco Bruto y reelabora textos como el senequista De los remedios de cualquier fortuna. El 7 de Diciembre de 1639 es detenido en Madrid y encerrado en San Marcos de León, sin aclarar el motivo. Se insinúa que fuera confidente de los franceses.
    En libertad en 1643 ordenó sus obras, retirado, desde 1644, en La Torre. Murió al año siguiente en Villanueva de los Infantes. La edición de sus poesías quedó al cuidado de su amigo José González de Salas. Su prosa, se edita hoy entre un laberinto de copias manuscritas e impresos censurados y pirateados.
    OBRA POÉTICA
    Quevedo es  autor de una extensa obra que sobresale por su calidad y por su gran variedad en temas, actitudes, metro y registros lingüísticos, acordes con la literatura de su tiempo.
    Escribió tanto poemas de arte mayor como de arte menor (silvas, octavas, tercetos, letrillas, romanes, romancillos, y sobre todo, sonetos).
    Su producción poética se ha clasificado atendiendo a un criterio temático:
           Poesía amorosa: Tiene sus raíces en la lírica cancioneril, la poesía clásica latina y sobretodo la petrarquista. Quevedo desarrolla los motivos ya conocidos: la belleza de la amada inaccesible, el sufrimiento y llanto del amante, la locura amorosa y el amor constante más allá de la muerte. El poeta recrea las imágenes renacentistas de la pasión amorosa y la descripción de la nada, e intensifica con desgarro el lamento dolorido de la voz poética, acosada por la fugacidad del tiempo y la muerte. Una parte de esta poesía constituye el cancionero Canta sola a Lisi.
           Poesía metafísica y moral: Influidos por la moral cristiana y las ideas estoicas, estos poemas evidencian un profundo desengaño. El autor reflexiona angustiado sobre la brevedad y la fugacidad de la vida, el engaño de las apariencias y la muerte inevitable: vivir es ir muriendo (cotidie morimur). Quevedo censura en estos poemas los vicios de su tiempo (sobre todo la ambición, la vanidad y la codicia) y realiza una ferviente defensa de la virtud y de los valores eternos.
           Poesía satírica y burlesca: En ella critica costumbres y tipos humanos y sociales de la época (taberneros, letrados, jueces, médicos…). En ese conjunto sobresalen los tipos femeninos (viejas, dueñas, pícaras…) dentro de la misoginia propia de la sátira, de la tradición anterior y del Barroco. Otros encarnan vicios como la hipocresía y el engaño. También degrada los mitos clásicos, la poesía heroica, la petrarquista (ridiculiza el estilo anterior, la imagen de la nada y la visión idealista) y la gongorina.
           Poesía religiosa: El Heráclito cristiano combina temas de la poesía religiosa con la poesía moral. Uno de los temas más importantes es el arrepentimiento por sus pecados; en otros poemas reflexiona sobre la pasión de Cristo.
    Quevedo compuso también poesía circunstancial o de elogio cortesano, dedicada a grandes señores o héroes de la Antigüedad; y poesía descriptiva (un objeto, una situación, una persona).
    En cuanto al estilo de su poesía, Quevedo extrema el uso de los recursos retóricos en la expresión compleja de las ideas y la práctica de la agudeza, el ingenio. Así, los versos quevedescos sobresalen por las metáforas, comparaciones, antítesis y contrates.
    En la poesía satírica y burlesca abundan los recursos tendentes a producir la caricatura y provocar la risa: metáforas degradantes, dilogías, retruécanos, hipérboles, y expresiones del registro coloquial y vulgar. En el estilo grave, sobresale el empleo de un léxico culto, los hipérbaton y el tono admonitorio. Quevedo es además, un maestro en la creación léxica y en la modificación de frases hechas y refranes, sobre todo con fine paródicos. No debemos olvidar que es el máximo representante del Conceptismo.
    FÉLIX LOPE DE VEGA Y CARPIO (1562-1635)
    Félix Lope de Vega y Carpio nació en Madrid en 1562 y murió en 1635 en la misma ciudad. Lope de Vega procedía de una familia humilde y su vida fue sumamente agitada y llena de lances amorosos. Estudió en los Jesuitas de Madrid (1574) y cursó estudios universitarios en Alcalá (1576), aunque no consiguió el grado de bachiller.
    Debido a la composición de unos libelos difamatorios contra la comedianta Elena Osorio (Filis) y su familia, por desengaños amorosos, Lope de Vega fue desterrado de la corte (1588-1595). No fue éste el único proceso en el que se vio envuelto: en 1596, después de ser indultado en 1595 del destierro, fue procesado por amancebamiento con Antonia de Trillo.
    Estuvo enrolado, al menos, en dos expediciones militares, una la que conquistó la isla Terceira en las Azores (1583), al mando de don Álvaro de Bazán, y la otra, en la Armada Invencible. Fue secretario de varios personajes importantes, como el marqués de Malpica o el duque de Alba, y a partir de 1605 estuvo al servicio del duque de Sessa, relación sustentada en una amistad mutua.
    Lope se casó dos veces: con Isabel de Urbina (Belisa), con la que contrajo matrimonio por poderes tras haberla raptado antes de salir desterrado de Madrid; y con Juana de Guardo en 1598. Aparte de estos dos matrimonios, su vida amorosa fue muy intensa, ya que mantuvo relaciones con numerosas mujeres, incluso después de haber sido ordenado sacerdote. Entre sus amantes se puede citar a Marina de Aragón, Micaela Luján (Camila Lucinda) con la que tuvo dos hijos, Marcela y Lope Félix, y Marta de Nevares (Amarilis y Marcia Leonarda), además de las ya citadas anteriormente.
    Lope fue un hombre con extraordinaria  capacidad de creación. A sus libros de poesías líricas y narrativas, hay que agregar los poemas intercalados en sus obras en prosa (La Arcadia y La Dorotea) y las composiciones, de tipo tradicional y culto, incluidas en los textos dramáticos.
    En este autor, vida y obra están estrechamente unidas, por lo que sus composiciones se centran en temas de índole personal como el amor, Dios, la fe, los sentimientos…
    Sus apasionadas relaciones amorosas, los procesos en los que se ve envuelto, las fiestas cortesanas y literarias en las que participó, los momentos religiosos de sincero arrepentimiento, son datos que aparecen como marco, como tema o como fondo de sus obras.
    Lope pertenece a un grupo de jóvenes poetas que han empezado a escribir  hacia 1580, y que han recibido una herencia riquísima tanto culta como popular. Él elabora una lengua poética propia que sintetiza la tradición recibida y la enriquece tanto con los juegos de ingenio propios del Conceptismo, como con la brillantez y la sensualidad del culteranismo.
    Pero Lope nunca se pierde en la zona más oscura de los conceptos o en las alambicadas figuras culteranas, su lenguaje, cuidado, aunque buscando siempre la claridad, muestra lo mejor de todas estas corrientes: tradicional, culta, culterana y conceptista. Decía el propio poeta que el buen escritor debía tener “Escuro el  borrador y el verso claro”.
    Los rasgos más característicos de su poesía son:
           Vida y poesía. Estrecha relación entre su agitada vida y su poesía
           Naturalidad y claridad expresiva. Su forma de expresión estaba alejada de lo artificioso: “La poesía había de costar grande trabajo al que la escribiese y poco al que la leyese”
           Pasión por el romancero y la lírica de tipo tradicional. Sus romances se caracterizan por la rapidez narrativa y la escasez de adornos.
    OBRA POÉTICA
    Su obra poética, extensa y variada, incluye tanto composiciones de arte menor (letrillas, villancicos, seguidillas, romances) como poesía italianizante (sonetos, canciones, églogas, epístolas).
           Romances: Lope fue uno de los creadores del Romancero nuevo; cultivó el romance morisco, el pastoril, el amoroso y, en su vejez, sobresale como autor de romances religiosos y morales.
           Poesía de tipo petrarquista. En las Rimas (1602-1609) (colecciones de libros de diversos textos que contiene el Arte Nuevo de hacer comedias), destacan los sonetos; además de los amorosos, hay poemas mitológicos, morales y de circunstancias. También escribió poesía épica, como La Dragontea o La Hermosura de Angélica, en la que imita a los poetas renacentistas.
           Poesía religiosa: Las Rimas sacras recogen sonetos y otros tipos de poemas de devoción emocional, confesión de vida y arrepentimiento.
    La última publicación poética de Lope fue Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos, que incorpora el poema épico burlesco La gatomaquia. Se trata de un conjunto variado (sonetos, una canción, églogas, romances, silvas…) en el que destacan los sonetos burlescos y satíricos, y un cancionero paródico del petrarquismo en el que la amada es una lavandera. En estos versos Lope revisa la sociedad de su tiempo utilizando como contraste y referencia irónica la sociedad gatuna.

    LA PROSA BARROCA
    En el Barroco, se cultivaron la prosa narrativa de ficción y la intelectual, ambas con la finalidad didáctica y moralizante y, a menudo, tono satírico.
    En la narrativa del siglo XVII se practicaron géneros renacentistas: además de la picaresca, destacan otros:
           Novela Pastoril: En decadencia: La Arcadia (1598), de Lope de Vega.
           Novela Bizantina: El peregrino en su patria (1604), de Lope de Vega, y Los trabajos de Persiles y Sigismunda (1617), de Miguel de Cervantes.
           Novela corta cortesana: Jornadas alegres (1626), de Alonso de Castillo Solórzano; Novelas amorosas y ejemplares (1637), de María de Zayas.
    La prosa didáctica, por su parte, incluye obras históricas, políticas y religiosas.
     En los estudios filológicos, destacan el Tesoro de la lengua castellana o española (1611), de Sebastián de Covarrubias, es un diccionario de carácter enciclopédico y de gran envergadura. Es importante también Origen y principio de la lengua castellana, de Bernardo de Aldrete, en él enuncia muchas de las leyes fonéticas relativas a la transformación de los sonidos latinos al pasar al castellano, confirmados después por la lingüística moderna.
    NOVELA PICARESCA
    De los géneros narrativos del Renacimiento, el sentimiento pesimista que aparece en la literatura del Barroco, encuentra su máxima expresión en las novelas picarescas. El carácter social y satírico que las caracterizó en su etapa renacentista, se transforma ahora en desengaño y nostalgia. Por ello, las novelas picarescas de esta segunda época presentan ciertos rasgos diferenciales con respecto al Lazarillo.
           Con obras como Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán, y El Buscón, de Francisco de Quevedo, la novela adquiere un aspecto más moralizante plasmado en escenas burlescas o satíricas y existe menor realismo psicológico. El autor busca en ellas brillantez, el chiste o lo ingenioso y se despreocupa de la justificación del personaje.
           El protagonista sigue siendo un antihéroe; sin embargo, su vida sirve de medio para formular consejos y moralejas.
           Desapareció la deshonra, por lo que también cambió el papel del pícaro, como en la Vida del escudero Marcos de Obregón, de Vicente Espinel.
           La Pícara Justina, cuya autoría no está clara, manifiesta una clara  intención moralizadora.
    LA VIDA DE GUZMÁN DE ALFARACHE de Mateo Alemán
    La vida de Guzmán de Alfarache, atalaya de la vida humana, obra de Mateo Alemán, se publicó en dos partes; la primera en 1599, y la segunda en 1604.
    El Guzmán, presenta dos planos discursivos: la narración de la vida de un pícaro y las constantes reflexiones morales del narrador, que obedecen a un propósito didáctico: contribuir al bien común con la doctrina y con el relato de la vida delictiva del protagonista, que muestra la existencia del engaño y la maldad del hombre: “Todo anda revuelto, todo apriesa, todo enmarañado. No hallarás hombre con hombre; todos vivimos en asechanza los unos de los otros”.
    Rasgos más representativos de la obra:
           Ejemplifica las creencias religiosas del autor.
           El hombre cuenta con el libre albedrío, puede conseguir  la salvación por medio de la gracia divina.
           La finalidad didáctica abarca distintos aspectos de la vida, insiste en temas como la honra y el dinero.
           Combina el estilo llano, las jergas y expresiones coloquiales con lenguaje culto, la complejidad sintáctica y varios recursos expresivos
           En el plano doctrinal sobresalen los discursos valorativo y universal: el narrador, Guzmán adulto, arrepentido de su pasado, cuenta sus aventuras y sermonea, pero se incluyen las valoraciones de Guzmanillo (el pícaro joven).
    EL BUSCÓN de Francisco de Quevedo
    El Buscón, de Francisco de Quevedo, se conoció en copias manuscritas antes de su publicación (Zaragoza 1626), según parece no autorizada por el escritor aunñque siempre se le ha atribuido la autoría.
    El Buscón  ha sido calificado de novela picaresca  por tratarse de un relato autobiográfico ficticio de un personaje miserable; sin embargo, introduce tantas modificaciones en el género que se discute su clasificación.
    El protagonista, Pablos, expresa un constante anhelo de ascensión social y no manifiesta arrepentimiento por sus fechorías: cuenta su vida picaresca de forma cronológica, sin justificar su narración. En su peregrinaje se encuentra con diversos personajes: el arbitrista, el soldado fanfarrón, el falso hidalgo, las viejas, los mendigos, los ladrones…, todos caricaturizados. Con ellos se presenta un mundo marginal, mísero, degradado, carente de valores, visto desde fuera y distorsionado.
    En el Buscón se reiteran temas como la vergüenza de Pablos por su familia, el propósito de medro y la violencia. En cuanto a su interpretación y valoración, la obra suscita posturas encontradas: para unos es un libro de ingenio y agudeza, de finalidad burlesca; para otros, un texto moralizador.
    Quevedo adopta algunos rasgos de la picaresca y los pones al servicio de una extraordinaria creación verbal. En el Buscón despliega todos los recursos del conceptismo para hacer reír: hipérboles, dilogías, personificaciones, etcétera.
    LA PROSA DIDÁCTICA DE QUEVEDO
    La prosa didáctica de Quevedo comprende obras políticas, filosóficas y satíricos-morales.

    Obras satírico- morales:
    Los Sueños: se publicaron en 1627 y volvieron a editarse en 1631, censurados y corregidos, bajo el título de Juguetes de la niñez. Los Sueños son un conjunto de relatos que presentan la sátira de grupos sociales y de individuos que ejemplifican conductas reprobables.
            Sueño del Juicio Final. Un conjunto de personajes que representan a las diversas clases y tipos sociales resucitan y son sometidos al Juicio Final.
            El alguacil endemoniado. Desarrolla un diálogo entre el narrador y el diablo, que se ha apoderado del cuerpo de un alguacil, cuya maldad describe y cuenta quiénes están en el infierno y sus penas.
            Sueño del infierno. De un hermoso espacio natural nacen dos sendas: una, la de la virtud, es estrecha, está llena de abrojos y la poca gente que va por ella se deja la piel en el camino; la otra, ancha, llena de placeres, es la del pecado, y es elegida por muchas figuras que se condenan así al infierno.
            El mundo por de dentro. El Desengaño, personificado como un anciano, lleva al autor a la calle de la Hipocresía, donde el mundo se ve tal como es. Allí observan un desfile de personajes cuya apariencia encubre una realidad bien distinta de la que se muestra.
            Sueño de la muerte. Distintos tipos sociales desfilan junto a la Muerte, camino del infierno. Aparecen personajes reales como Juan del Encina y figuras del refranero, como Pero Grullo, Trochemoche y el rey Perico.

    La hora de todos y la fortuna con seso: Es la obra de mayor complejidad. Comienza con una fantasía mitológica.

    Obras políticas:
    La producción política de Quevedo ocupa una parte muy amplia  de su obra literaria. Cultivó aspectos muy diversos, desde el libro teórico- doctrinal hasta el panfleto de circunstancias o el informa político.
                Política de Dios, gobierno de Cristo y tiranía de Satanás: es su tratado más importante y extenso. Quevedo utiliza la alegoría evangélica para expresa sus teorías sobre  lo que debiera ser un buen gobierno.
                Vida de Marco Bruto es un cometario político-moral en el que se aprueba el crimen contra Julio César, que representaba la tiranía frente a Bruto, que simboliza la república.

    Obras filosóficas y ascéticas
    En estas obras es notable el influjo de Séneca. Concretamente, en De los remedios de cualquier fortuna traduce la obra de Séneca del mismo título y añade sus propios comentarios a la filosofía senequista.
    La cuna y la sepultura es un tratado de un tono ascético en el que Quevedo hace una reflexión acerca del sentido de la vida y de la muerte.



    Obras religiosas
                Quevedo escribió dos vidas de santos: Vida de Santo Tomás de Villanueva y Vida de San Pablo. Esta última es un estudio sobre el apóstol, dando tanto su visión religiosa como histórica.

    Obras festivas
                Son breves escritos satíricos en los que cultiva el humor, el ingenio y la burla para criticar todo tipo de asuntos. En este grupo destacan Aguja de navegar cultos y La culta latiniparla, obras de crítica literaria contra culteranos y gongorinos 
    LA PROSA DIDÁCTICA DE BALTASAR GRACIÁN
    Baltasar Gracián (1601-1658), nació en Belmonte de Calatayud (Zaragoza), en el seno de una familia muy religiosa. A los dieciocho años ingresó en la Compañía de Jesús y en 1627 se ordenó presbítero. Ejerció de profesor en distintos colegios de la Compañía.
    Hombre culto y gran aficionado a la literatura, inició su carrera de escritor en 1637, con la publicación de El héroe. La edición de sus obras, unidas a las intrigas de sus enemigos, le ocasionó muchos problemas con la Orden, incluso la pérdida de su cátedra de Escritura. Murió en Tarazona.
    El jesuita Baltasar Gracián publicó sus obras profanas con los seudónimos  de Lorenzo Gracián Infanzón, Lorenzo Gracián o García de Marlones, para no tener que solicitar permiso de sus superiores religiosos. A pesar de ello, no existen dudas en cuanto a la autoría de sus escritos. Las obras de Gracián se dirigen a una minoría y su finalidad es la enseñanza de normas basadas en la razón y la prudencia para lograr la superación personal.Entre sus principales títulos encontramos Oráculo manual y arte de prudencia, Agudeza y arte de ingenio y, quizá su obra más destacada, El criticón.
    EL CRITICÓN
    Publicada en tres partes (1651, 1653 y 1657), esta obra representa una alegoría de la vida humana. Gracián equipara las edades del hombre con las estaciones del año: La primavera de la niñez y el estío de la juventud; El otoño de la viril edad y El invierno de la vejez. Además de una reducida historia que le otorga unidad, el libro contiene numerosos episodios alegóricos y satíricos, reflexiones morales y digresiones de distinto tipo.
    En la trama novelesca, Critilo, un anciano náufrago, es rescatado por Andrenio, un joven salvaje criado por una fiera, al que enseña a hablar. Juntos embarcan rumbo a España, y durante el trayecto, Critilo le cuenta su vida.  El anciano representa el juicio y la experiencia virtuosa; Andrenio, la ignorancia del mundo y el impulso instintivo. Ambos realizan una larga travesía por lugares reales y simbólicos: una peregrinación por el camino de la vida.La obra representa una visión pesimista y crítica del mundo: al hombre , egoísta y cruel, pero capacitado para pensar y decidir, solo puede salvarle la búsqueda de la virtud y el bien. El estilo combina la claridad con el uso de sentencias y un lenguaje artificioso.

    El TEATRO BARROCO
    En el teatro Barroco se mantiene la tradición medieval de representar obras religiosas en plazas, pueblos y ciudades; pero, además, en este periodo el teatro se hace profesional y comercial, a cargo de compañías que actúan en locales específicos para ganar dinero.
    En los siglos XVI y XVII nacen las formas dramáticas y modernas en Europa. Con Shakespeare en Inglaterra; Corneille, Racine y Moliére en Francia; y Lope de Vega y Calderón en España, el teatro occidental alcanza un momento de esplendor.
    En el siglo XVII, Lope de Vega, tuvo la genialidad de acertar con una fórmula teatral de éxito seguida por todos los autores a partir de entonces. Se le llamó la COMEDIA NUEVA para distinguirse de la obra teatral clásica. Esta comedia combinaba la calidad literaria con la capacidad de atraer al público, objetivo que logró como nadie.
    En 1609 Lope compuso su Arte nuevo de hacer comedias, breve e irónica obra en la pretende explicar su concepción teatral y defenderse de los que le critican por apartarse de los modelos clásicos.
    A lo largo de su tratado va mostrando las innovaciones que tienen las obras que escribe:
    1.- Ruptura con la regla de las tres unidades: acción (un solo conflicto dramático), tiempo (acción concentrada en un día como máximo) y lugar (un sólo sitio para ambientar la acción). Lope utiliza en sus comedias varios días, varios lugares y a veces hay varias intrigas paralelas que se entrecruzan y coinciden al final en un desenlace común.
    “Cuando he de escribir una comedia,
    encierro los preceptos con seis llaves.”
    2.- Mezcla de lo cómico y lo trágico. En el teatro clásico grecolatino la tragedia era exclusiva para temas serios, y la comedia para asuntos burlescos.
    “Buen ejemplo nos da naturaleza,
    que por tal variedad tiene belleza”
    3.- Mezcla de personajes nobles y plebeyos. En el teatro clásico grecolatino, los personajes nobles protagonizaban la tragedia, y los plebeyos, la comedia.
    4.- División de la obra en tres “jornadas” o actos, que corresponden al planteamiento (acto I), nudo (acto II) y desenlace (acto III), en lugar de los cinco actos propios del teatro clásico. Estos actos se subdividían en escenas breves, para aumentar la variedad y el dinamismo de la obra.
    5.- Uso de lírica intercalada: canciones, bailes… que contribuyen a hacer más ameno el espectáculo teatral.
    6.- Variedad métrica: la obra, siempre en verso, ofrecía diversos tipos de versos y estrofas que se adecuaban a la acción: romances para la narración, sonetos para monólogos, tercetos para diálogos serios, redondillas para diálogos amorosos…
    7.- Color nacional: notas de ambiente español, costumbres (toros, romerías, rondas nocturnas…) que facilitan la identificación del público con lo que ocurre en el escenario.
    8.- Personajes tipificados: no se profundiza demasiado en la psicología de los personajes; importa más la acción. Estos suelen ser personajes tipos, con una serie de rasgos fijos según su clase social y su función en la obra. Los más representativos son:
            El noble, poderoso y rico, que suele abusar de su situación y actuar como antagonista (por ejemplo, el Comendador en Fuenteovejuna).
            El rey, que imparte justicia y restablece el orden roto.
            El caballero –padre, hermano o esposo–, que defiende el orden familiar y es el encargado de vengar las ofensas que se produzcan en su ámbito. En el ambiente rural ese papel lo desempeña el villano (habitante de una villa o pueblo), modelo de honradez y consciente de su dignidad. Lope dignificará la figura del campesino, antes visto como personaje risible.
            El galán y la dama, caracterizados con rasgos positivos como la valentía, la fidelidad, etc. y que protagonizan la aventura amorosa.
            El gracioso o donaire, importante innovación de la comedia lopesca, es el criado o confidente del galán y actúa como contrapunto cómico de éste. Frecuentemente tiene su complemento en la criada que acompaña a la dama. Es chistoso, temeroso, comilón y, a veces, inculto.
    9.- Decoro: cada personaje actúa y se expresa con arreglo a su condición social y cultural.
    10.- Temas característicos: fundamentalmente, el amor y la honra.
    11.- Finalidad: evasión y PROPAGANDA de valores tradicionales (morales, políticos, sociales…). El teatro se convierte en “una máquina de soñar”. En ese teatro encontramos matrimonios de “ensueño”, una visión idílica de la vida del campo y del campesino. Al mismo tiempo sirve como propaganda de valores religiosos, monárquicos y nobiliarios. El rey encarna la patria y su grandeza y los nobles son portadores y fuentes de virtudes (si aparece algún noble “corrupto”, se pondrá de relieve que es un caso particular). En definitiva, es un teatro al servicio de los intereses de los sectores dirigentes.
    12.- Espacio escénico fijo: corrales de comedias (patio interior de edificios)
    13.- Diversidad de público: las obras estaban destinadas a todos los grupos sociales (nobleza, clero, plebe), separados en espacios diferentes.

    LOS GÉNEROS
    Ya hemos dicho que las obras que se escriben en el siglo XVII siguiendo la fórmula de Lope se las llamó genéricamente comedias, aunque este nombre no se corresponde con el concepto clásico de comedia. De hecho, muchas de las obras que se escriben en el barroco son tragicomedias o dramas: tienen elementos trágicos mezclados con contrapuntos cómicos y pueden tener un final feliz o desdichado.
           COMEDIAS: mezclan personajes elevados y bajos y tienen un final feliz.
           TRAGICOMEDIAS O DRAMAS: mezclan personajes elevados y bajos, situaciones trágicas y cómicas y pueden acabar bien o mal.
    También se dieron otros géneros importantes para la época:
           COMEDIAS DE CAPA Y ESPADA O DE ENREDO
           COMEDIAS HISTÓRICAS O LEGENDARIAS
           COMEDIAS DE APARATO (de complicada puesta en escena, propias del teatro cortesano)
           DRAMAS RELIGIOSOS Y LEGENDARIOS
           DRAMAS DE HONOR
           AUTOS SACRAMENTALES


    LOS TEMAS
    Los temas preferidos del teatro barroco son:
    el HONOR y la HONRA: Ambas cosas se sustentan en la opinión que los demás tienen de uno mismo, en su buen nombre personal o familiar. Si se pierde el honor, lo justo es recuperarlo con venganza y sangre si es necesario. El honor suele estar ligado a la mujer y los encargados de limpiar las manchas de honor son los hombres. Por eso es tan frecuente en la comedia la mujer vestida de hombre que se traviste para recuperar o vengar la deshonra. Si una doncella perdía su honor, el código de la comedia sólo ofrecía dos soluciones: el matrimonio o la muerte del seductor. La vida real era otra cosa. Afortunadamente.
    el AMOR: La conquista de una dama por el galán (o a la inversa) es el eje temático de numerosas comedias: El perro del hortelano de Lope, por ejemplo. Es frecuente el tema del amor entendido como pasión noble e inevitable que puede experimentarse dentro de cada clase social, pero que no debe aspirar a salir de ella. En otras palabras, un criado no puede enamorarse de una noble. Este tema es el eje central de las COMEDIAS DE CAPA Y ESPADA, que son obras de asunto amoroso con celos, duelos,etc.
    Otros temas importantes son los religiosos (en este caso las comedias se inspiran en episodios de la Biblia) e históricos (interesa la historia nacional, desde los hechos más remotos de la Reconquista hasta las hazañas imperiales del siglo XVI).

    LOS ACTORES
    El oficio teatral empezó a ser en España una profesión más o menos estable en el s. XVI. Antes de mediar el siglo llegaron a nuestro país compañías teatrales italianas profesionalizadas, que actuaron ante la corte y, después, ante el pueblo. Las más populares fueron las de los actores de la Commedia dell’arte, que recurrían a la expresión corporal y al mimo más que a la palabra, en representaciones improvisadas sobre el escenario a partir de un esquema previamente acordado y elaborado (lo que se llamaba scenario) sobre el argumento, el desarrollo de la acción y su desenlace.
    Las compañías teatrales solían formarse para trabajar durante todo un año. En la Cuaresma (período de obligado descanso, pues las representaciones estaban prohibidas) los actores se reunían en los mentideros, lugares donde se apalabraban contratos y se negociaban las condiciones laborales y económicas. La compañía empezaba su trabajo durante la Pascua de Resurrección y permanecía unida hasta la siguiente Cuaresma.
    Los ayuntamientos poderosos formaban una o dos compañías para representar los autos sacramentales el día de Corpus Christi, fiesta de gozaba de cierta tradición y de gran arraigo popular.
    Los actores prestaban cuerpo y voz al personaje, sobre todo voz, en un tipo de teatro en el que se decía ir a “oír la comedia”. Los cómicos más célebres de la época fueron Cosme Pérez, llamado Juan Rana, Mariana de Borja y María Calderón, la Calderona, amante célebre de Felipe IV -con el que tuvo un hijo, Don Juan de Austria-.
    En España, las mujeres tenían permitido actuar (aunque debían estar casadas), pero no ocurría lo mismo en otros países europeos en los que la profesión estaba tan mal vista que eran hombres disfrazados los que hacían los papeles femeninos. De hecho, al principio, los papeles femeninos en España, los representaban niños. Uno de los mitos con más éxito en el teatro de la época era el de la mujer vestida de hombre o la mujer varonil. Muchas comedias incluían escenas en las que las mujeres habían de travestirse para realizar hazañas de hombre: defender su honor, por ejemplo. Como puedes imaginar, esto daba lugar a situaciones equívocas y a enredos.
    La consideración social de los actores y actrices nunca fue muy buena: los matrimonios y emparejamientos se hacían generalmente entre hombres y mujeres de la farándula, por lo que formaban un grupo un tanto al margen de la sociedad de su tiempo. De hecho, la Iglesia no permitía que fuesen enterrados en sagrado.
    Las compañías se clasificaban según el repertorio de obras que llevaban, el número y la calidad de sus actores; así, tenemos: bululú, ñaque, gangarilla, cambaleo, garnacha, etc. Recibían el nombre de compañías de legua si recorrían el país representando por los pueblos. Las mejores eran las compañías reales o de título. Estas últimas estaban formadas por unas veinte personas (incluyendo el apuntador o el cobrador); el jefe era el autor y los actores tenían asignados los papeles que representarían: galán, dama, barba (hombre mayor con mando, el padre o el rey), gracioso, vejete, música...). Sólo cambiaban de papel cuando la edad les impedía seguir haciendo de galán o dama, por ejemplo.

    EL PÚBLICO
     El teatro barroco era el principal espectáculo al que podían acceder todos los ciudadanos. La mezcla sociocultural que se produjo en las comedias barrocas constituyó un hecho cultural insólito; la fiesta era eminentemente popular y unía a la aristocracia con el pueblo. Las distintas clases sociales no se confundían en el interior del local, sino que se mantenían rígidamente las diferencias entre ellas. La distribución de los espacios reproducía la estructura social existente. Juntos, pero no revueltos. Cada uno tenía su localidad según fuese su rango y poder económico. Al fin y al cabo, un corral de comedias era el reflejo del universo social de aquella sociedad. Cada sitio tendrá una escalera diferente que impida el menor rozamiento. Las mujeres llegan a entrar por la casa del vecino y hasta por el techo para no mezclarse con los hombres. Las tres clases se dibujan en el interior: el vulgo (patio), la nobleza y el clero (celdas), la burguesía (galerías).
    El espectáculo teatral llegó a considerarse un componente esencial del día de fiesta, por lo que al principio se representaba los domingos exclusivamente; después se añadieron funciones los martes y los jueves, hasta que la representación se convirtió en una actividad diaria. El calendario de funciones se interrumpirá, tan solo, en Semana Santa y en momentos de luto de la familia real. La diaria actividad teatral generó una dinámica propia en torno al corral: los estrenos de comedias se anunciaban en las esquinas con carteles pintados con almagre.
    El público es ruidoso y vocinglero, se lanzaban objetos para interrumpir y hacer fracasar una comedia (los partidarios de los distintos teatros forman bandos enfrentados), e incluso si a la reina le venía en gusto, se soltaban ratones en la cazuela; se vendían abundantes alimentos y bebidas para el espectáculo – aloja, confitura, frutos secos, agua de anís...- y se vendían y compraban los aplausos. El teatro se convirtió en un acto social en el que importaba tanto la comedia como el ambiente que la envolvía.
    EL ESPECTACULO
    La parte principal de la función era una comedia larga, de unos 3000 versos aproximadamente, a la que se añadían otras piezas menores y actuaciones musicales, todo lo cual formaba una fiesta variada y rica en contrastes, muy del agrado del espectador de aquella época.
    La representación empezaba a las 2 o a las 3 de la tarde en invierno y a las 4 en verano para aprovechar la luz del día. Duraba casi 3 horas ininterrumpidas.

    PARTES DE UNA REPRESENTACIÓN TEATRAL
    1.      La representación comenzaba con un ruido estridente para atraer la atención de un público muy, muy ruidoso. A continuación, música de guitarra, vihuela, trompetas, cantos... daban la bienvenida.
    2.      LOA O PRÓLOGO RECITADO venía a continuación y aspiraba a llamar la atención del público y conseguir su silencio.
    3.      Primer ACTO o JORNADA de la comedia
    4.      En el entreacto, se representaba un ENTREMÉS; para muchos la parte más apetecida y esperada que en ocasiones salvaba una mala obra. Se trata de una pieza corta, cómica, con personajes bajos que viven situaciones cotidianas.
    5.      2º ACTO O JORNADA de la comedia
    6.      En este entreacto se representaba una JÁCARA, obrita versificada en romance, que relataba hechos festivos de gente de los bajos fondos. Divertía y rompía la tensión provocada por el “nudo” de la comedia. También podía venir aquí un BAILE, un entremés más corto en el que la parte musical tenía más importancia que la hablada. También podían representarse PASOS.
    7.      Tercer ACTO O JORNADA de la comedia.
    8.      Final a base de música o baile, habitualmente una MOJIGANGA o baile de máscaras.

    El espectáculo representado en los corrales y teatros estaba formado por un conjunto de elementos muy diversos que incluyen el baile y la danza y que, a veces, termina en una mezcla de cómicos y público bailando juntos la zarabanda.
    Estos géneros menores (entremés, jácara, mojiganga…) podían intercambiarse. A la vista de la representación, queda claro que lo que buscaban los espectadores del teatro barroco era una auténtica celebración, en donde lo importante era pasarlo bien. El que la mayoría de las comedias tuviera un final feliz, con múltiples bodas, no es más que una consecuencia sociológica de lo que buscaba el espectador.


    EL LUGAR DE REPRESENTACIÓN: LOS CORRALES
    En su origen, los corrales de comedias eran verdaderos patios interiores de casas, en los que se había levantado un tablado (el escenario) y cuyos espacios se aprovechaban para alojar a un público variado. Las representaciones se hacían de día. La sala carecía de techo y sólo un toldo protegía del sol. El escenario disponía de cortinas en su fondo que ocultaban uno o dos corredores altos y los vestuarios. La ausencia de telón condicionó la representación: había que recurrir a otros procedimientos para avisar a la audiencia de que comenzaba la representación: ruido inicial, música...
            El escenario presentaba 3 niveles utilizables durante la representación: al fondo, arriba, se situaba un balcón al que asomaban personajes que simulaban estar en el de una casa; en segundo lugar estaba el tablado, en el que se desarrollaba normalmente la acción; por último, el foso del que salían, a través de escotillones o trampillas, los actores que encarnaban a Satanás o a otras criaturas infernales.
            Las habitaciones de las casas (aposentos) que daban al patio estaban destinadas a las gentes principales. Los desvanes y las tertulias eran los aposentos más altos, situados inmediatamente debajo del tejado, y estaban reservados muchas veces  a los nobles. Estos personajes podían ver la comedia sin ser vistos a través de celosías.
            El público más modesto se situaba en el patio central y veía el espectáculo de pie o sentado en unas gradas que se levantaban a los lados del patio. Allí se situaban los mosqueteros, que, con sus capas y espadas y sus silbidos o aplausos levantaban o hundían la comedia.
            Frente al escenario se construyó una especie de palco de mujeres (la cazuela), en el que se sentaban las mujeres del pueblo, quienes accedían al local por una puerta especial o por las casas vecinas, para no encontrarse con los hombres.
            A veces había inmediatamente al lado del escenario un lugar separado del resto de la sala, llamado media luna, donde se sentaban otros espectadores
            La alojería era el lugar en donde el público compraba tentempiés (comida y bebida) y los alojeros despachaban la aloja o hidromiel (bebida hecha de agua, miel y hierbas aromáticas que, a veces se mezclaba con vino).
    Los primitivos corrales de comedias se ampliaron interiormente según se hizo preciso crear espacio para alojar al público. Su estructura sólo permitía crecer verticalmente y se fueron añadiendo pisos a los ya existentes.
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    LOS TEATROS DE NUEVA PLANTA
    Pronto se construirían los primeros corrales/teatros permanentes. Estos primeros edificios de nueva planta -el de la Cruz (1574) y el del Príncipe (1582)- mantienen la misma estructura que los corrales aunque ya no son patios de vecinos sino edificios levantados para ser teatros.
     En ellos se representarán obras y parte de los beneficios que se obtengan serán destinados a obras de caridad, al mantenimiento de hospitales, por ejemplo. Este carácter benéfico no libró al teatro de las iras de la misma Iglesia. Estos modestos teatros tienen la misma estructura que los corrales de comedias originales.
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    OTROS LUGARES DE REPRESENTACIÓN
            Hacia mitad de siglo, empiezan a llegar arquitectos italianos que montan teatros portátiles que incorporan decorados (mutaciones), telón, iluminación artificial y efectos especiales: Alguna dama, al ver cómo se simulaba con lentejuelas el movimiento de las olas, se desmayó.
            Además de los locales públicos y populares, existían los teatros palaciegos, edificios mucho más lujosos: se ofrecían espectáculos en el salón de comedias del Alcázar, Palacio de la Zarzuela, Coliseo del Buen Retiro, jardines de Aranjuez... En ellos se representaban obras con escenografía muy compleja que se llaman "comedias de aparato".
    Además de estos espacios, casi cualquier lugar era apropiado para preparar un montaje teatral: una casa particular, o un escenario en la calle. Además, durante la festividad del Corpus se representaban en la calle, en carros, los autos sacramentales

    CURIOSIDADES
    Algunas de las figuras más características de los corrales eran:
    •Los mosqueteros: Los mosqueteros a que nos referimos eran unos grupos de hombres formados por artesanos, comerciantes y muchos otros de diversos oficios, que provistos de objetos sonoros, como carracas, pitos y buenas gargantas, decidían si una comedia debía ser aceptada o por el contrario se la consideraba indigna, con sus muestras entusiásticas o desaprobatorias, y por lo tanto cuando ellos le negaban el «placet», el autor y sus papeles debían ser enviados al cesto de la basura. Los que llevaban la voz cantante en estos escándalos eran el gremio de zapateros.
    • El mantenedor del Orden. Mozo recio del lugar que, provisto de un buen garrote, templaba los ánimos de todos aquellos que se exaltaban.
    •El apretador o desahuecador. Todo el que entraba en el teatro tenía derecho a sentarse y de hacer sitio se ocupaban los apretadores. Cuando entraban en la cazuela para "arrejuntar" a las mujeres, se armaba un gran escándalo.
    •Aunque te pueda parecer mentira, por los teatros madrileños circulaban los llamados poetas duendes o memorillas. Personajes (espías/piratas literarios) que se aprendían de memoria las obras, las dictaba al salir (con disparates enormes) y las vendía. Eran una pesadilla para los autores, como los que ahora graban las películas en el cine y luego las cuelgan en Internet.
    En los corrales de comedias no había lavabos y las condiciones higiénicas no eran las más adecuadas. Con la llegada, a mediados del siglo XVIII, de distintos gobiernos ilustrados se empiezan a prohibir las representaciones en estos locales. La falta de higiene, el riesgo de incendio, los desórdenes... A esto hay que añadir el desarrollo de una burguesía que no quiere asistir a las comedias en espacios incómodos y la aparición de espectáculos como la ópera que requieren de espacios cerrados con un tratamiento acústico específico.

    LAS CRÍTICAS
    La Iglesia y los moralistas llegaron a calificar al teatro como un vicio perjudicial. Entre sus argumentos estaban:
    •que los asistentes humildes gastaban lo que no debían y desatendían sus obligaciones familiares
    •que las "honradas e inocentes doncellas" ponían en peligro su virginidad al exponerse a la vista de los hombres en la cazuela
    •que los jóvenes “olvidan sus estudios y demás obligaciones para seguir las novedades del mundo de los cómicos"; de hecho, en las ciudades universitarias estaba prohibido representar entre semana para que los estudiantes no se distrajeran.
    •que "las "inocentes criadas" acaban pervirtiendo sus costumbres
    •que las mujeres sólo se fijaban en los trajes de los cómicos y las cómicas


    LOPE DE VEGA  (1562, Madrid-1635, Madrid)
    Amigo de Quevedo y de Juan Ruiz de Alarcón, enemistado con Góngora y envidiado por Cervantes.
    Lope Félix de Vega y Carpio nació en Madrid en 1562. A los diecisiete años se enamoró de la actriz Elena Osorio, la Filis de sus poemas en esa época. Al abandonarle su amada, hizo correr por Madrid unos versos ofensivos para ella y su familia, que le valieron un proceso y una pena de destierro en 1588. Tres meses después, en mayo, se casó por poderes con Isabel de Urbina (Belisa en su obra) tras raptarla. En 1595 volvió a Madrid y tuvo varias relaciones: de 1596 a 1608 estuvo con Micaela Luján (Camila Lucinda en sus obras), quien le dio cinco hijos.
    A pesar de esta relación con Micaela, el 25 de abril de 1598 contrajo matrimonio con Juana de Guardo, mujer extraordinariamente vulgar, de la que nacerán tres hijos más. Esos primeros años del siglo XVII nos presentan a un Lope que nos sigue asombrando por su desmesura: amores, a veces desgraciados y siempre difíciles, se d con una incesante producción literaria y teatral.
    En 1609 publicó el poema Arte nuevo de hacer comedias, en el que explicaba su concepción del teatro y que se va convertir en el canon del teatro español de esa época: ruptura con los preceptos del teatro clasicista, mezcla de lo trágico y lo cómico, variedad de estilo dentro del decoro poético, versos y estrofas variadas, e intercalación de elementos líricos. En 1612 muere su hijo preferido, Carlos Félix, y un año después su mujer, Juana de Guardo.
    Lope sufrió una gran crisis emocional y en 1614 se ordenó sacerdote. Los actores y el público seguían asediándole para que continuara escribiendo comedias y eso hizo, al mismo tiempo que volvía a caer en amoríos. En 1616 conoció a Marta de Nevares, muchacha de 26 años que a los trece se había casado contra su voluntad con un mercader. Marta era guapa y estaba dotada para la música y la literatura: fue la Amarilis y la Marcia Leonarda de sus poemas y novelas. Hacia 1623 ella se quedó ciega y perdió la razón y Lope la cuidó hasta su muerte.
    El pueblo lo adoraba. Para decir que algo era excepcional, se decía “Es de Lope”. Un discípulo suyo cuenta: “No hay casa de hombre curioso que no tenga un retrato de él”. Y corría de boca en boca una oración irreverente que empezaba así: “Creo en Lope de Vega, poeta del cielo y de la tierra…”
    Miguel de Cervantes lo llamó “Monstruo de la Naturaleza” por su excepcional manera de vivir y de crear. Su vida estuvo llena de glorias y miserias, pasiones humanas y divinas. Esa intensidad en su vida no estuvo reñida con la intensidad literaria.
    OBRA LITERARIA
    Cultivó todos los géneros vigentes en su tiempo, dando además forma a la comedia. Escribió unas 1.500 obras teatrales, muchas de ellas perdidas (sólo se conservan unas 350), entre las que se encuentran auténticas joyas de la literatura universal como El comendador de Ocaña, El caballero de Olmedo, El villano en su rincón, El castigo sin venganza, La dama boba o El perro del hortelano. Escribió también novelas pastoriles, binzantinas (nunca picaresca), etc., pero su gran novela es La Dorotea (1632), en la que un Lope septuagenario rememora sus amores casi adolescentes con Elena Osorio y cuya estructura es la de La Celestina en un claro homenaje a Fernando de Rojas.
    PRINCIPALES OBRAS DRAMÁTICAS DE LOPE DE VEGA
           Comedias de historia y leyenda española: Fuenteovejuna, El caballero de Olmedo, Peribáñez y el comendador de Ocaña, “El mejor alcalde, el rey”.
           Comedias de asunto extranjero: El castigo sin venganza.
           Comedias de enredo (conflictos amorosos) y capa y espada (amor pero con múltiples conflictos): El perro del hortelano, La dama boba, El villano en su rincón, Los melindres de Belisa.
           Comedias bíblicas y de santos: La buena guarda, La hermosa Ester, Lo fingido verdadero
           Comedias mitológicas: Adonis y Venus, La fábula de Perseo.
           Tragedias: El caballero de Olmedo, El castigo sin venganza
           Teatro cortesano: El amor enamorado, La selva sin amor
    De su teatro se puede decir todo lo dicho sobre la comedia nacional, puesto que es él quien sienta las bases. Es un teatro conformista, que no afronta la realidad con una mirada crítica sino que es una vía de escape, un camino para olvidar las miserias en que vive el pueblo.

    CARACTERÍSTICAS  PRINCIPALES DE LA OBRA DE LOPE
           Temas y asuntos:
    o       El amor, el honor, ideales religiosos y monárquicos.
    o       Defensa de la corona y los nobles con apoyo del mundo rural honrado y honesto.
           Acción dramática:
    o       Ruptura de las 3 unidades: lugar, tiempo y acción. Obras en 3 jornadas o tres actos: Exposición, nudo y desenlace.  Dinamismo y vivacidad.
           Lenguaje y versificación:
    o       Polimetría adaptada a situaciones y personajes. Refleja cambios de escena y temas.
           Popularismo:
    o       Sin profundidad psicológica. Inclusión de composiciones lírica (muy del gusto del público).

    ARGUMENTOS DE SUS PRINCIPALES OBRAS
    -FUENTE OVEJUNA
    Su originalidad se debe a la invención del personaje colectivo del pueblo, que acaba con la injusticia del comendador por medio de la rebelión y el tiranicidio.
    Esta obra tiene una doble acción, la de la villa de fuente ovejuna y la de ciudad real.
    -EL CABALLERO DEL OLMEDO
    Está basado en una historia real, es de carácter trágico. El protagonista Don Alonso, presiente su destino y se enfrenta a él con valor. La obra aprovecha el argumento de la celestina, para conseguir el amor de Inés, una dama de medina, y evitar a su novio Rodrigo y Alonso contrata a la alcahueta Fabia. Camino de Olmedo el caballero se encuentra con su espectro y más tarde con un campesino que le canta su muerte, y en efecto muere por un disparo que ordeno Rodrigo.
    -PERIBAÑEZ Y EL COMENDADOR DE OCAÑA
    Este drama gira en torno a un comendador, pero en este caso se enfrenta a Peribañez en un drama de honor, Peribañez es un labrador rico y cristiano de ocaña.
    -LA DAMA BOBA
    Es una comedia de capa y espada por su marco urbano y la abundancia de artificios cómicos, como por ejemplo malentendidos y cartas leídas por gente que no eran sus destinatarios…



    PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA (1600, Madrid- 1681, Madrid)
    En su juventud intervino en campañas militares. Disfrutó del máximo prestigio en la brillante corte de Felipe IV y su nombre va asociado a la inauguración del palacio del Buen Retiro de Madrid, en 1635, y a numerosas representaciones teatrales palaciegas. El rey le honró otorgándole el hábito de Santiago y lo puso al frente de los espectáculos palaciegos a partir de 1635. Tal vez a causa de sus experiencias en la guerra, o por ciertas vicisitudes familiares y personales, su carácter se fue haciendo cada vez más sombrío, de modo que renunció al puesto palaciego y se ordenó sacerdote en 1651.
    En vida fue un autor respetado por todos y rara vez aparece mezclado en las violentas polémicas literarias de sus compañeros de letras. Después de la muerte de Lope de Vega, en 1635, fue reconocido como el dramaturgo más importante de su época. Se encierra en un pesimismo radical y en una desconsolada soledad, hasta que en 1651 fue ordenado sacerdote.
    Dos notas son importantes en su ideología: su carácter sombrío, su hastío progresivo de la vida y su tendencia a vivir apartado y su espíritu aristocrático. Eso explica el pesimismo y la adhesión a valores tradicionales en su obra.
    Las obras de Calderón se dividen en:
    (a) Dramas religiosos.
    (b) Dramas de honor: El médico de su honra, El pintor de su deshonra, El alcalde de Zalamea, donde un capitán rapta y fuerza a la hija de un rico labrador que acaba de ser nombrado alcalde del pueblo. Éste hace detener al capitán y, como se niega a reparar su ofensa con el matrimonio, lo hace ajusticiar. Un general ocupa el pueblo de Zalamea con sus soldados y mantiene una dura controversia con el alcalde, no porque considere que el capitán no merecía el castigo, sino porque correspondía a él —el poder militar— aplicarlo. Finalmente el propio rey aprueba la acción del alcalde.
    (c) Dramas Filosóficos: La vida es sueño.
    A este tipo de obras se debe, sobre todo, la fama de Calderón.
    En La vida es sueño se plantea si el hombre es libre o está predestinado, si nuestra vida es real o simplemente un sueño.

    (d) Autos sacramentales: Son dramas en verso. Calderón escribe más de 70.Crea autos de gran belleza y calidad. Dotados de profundidad psicológica y teológica. Lleva el género a la cima. Características:
    o       Un solo acto.
    o       Asunto alegórico: los personajes simbolizan virtudes, pasiones o conceptos abstractos.
    o       Exaltan el sacramento de la Eucaristía.
    o       Se representaban en la festividad del Corpus Cristi u otras fiestas religiosas.
    o       Escenografía suntuosa, solemne, efectista
    o       Autos: Filosóficos y teológicos: El gran teatro del mundo.
    o       Mitológicos, basados en el Antiguo Testamento, en el Nuevo Testamento o Histórico-legendarios
    (e) Comedias de enredo (al estilo de Lope): La dama duende, Casa con dos puertas mala es de guardar.

    CARACTERÍSTICAS DE LAS COMEDIAS CALDERONIANAS:
           Estructura:
    o       Construcción más reflexiva y profunda con una estructura más lograda que Lope.
           Fondo intelectual:
    o       Mayor fondo intelectual e ideológico que domina sobre la acción y los hechos.
           Lenguaje y versificación:
    o       Muy elaborado y barroco.
           Personajes:
    o       De gran fuerza, adquieren valor universal. Representan el carácter humano. Son símbolos.

    Calderón será un autor muy valorado por románticos europeos. Goethe consideraba a Calderón el gran genio del teatro. Schlegel llegó a afirmar que Calderón había resuelto el enigma del universo en algunos de sus dramas. También algunos románticos ingleses, como Shelley, vieron en Calderón al poeta dramático y lírico más grande. Teatro de gran fuerza dramática y profundo sentido. Trata los sentimientos más importantes de la España del XVII:
           La religiosidad.
           La monarquía.
           El honor.

    LA VIDA ES SUEÑO
    Esta historia trata sobre un rey llamado Basilio. Este rey iba a tener un hijo. Pero cuando lo tuvo un hado le dijo que ese hijo iba a traer el desastre al reino. En efecto, nada más nacer la madre muere, y el rey, asustado manda a su hijo a una torre escondida entre montañas donde nadie supiera que él está. Sólo Clotaldo, su ayo, conoce de su paradero.
    Habiéndose quedado Basilio sin descendientes varones, decide hacer un pacto de matrimonio entre la infanta Estrella (de su corte) y Astolfo, duque de Moscovia, para que de esta forma, alguien pudiera subir al trono.
    Pero Basilio reflexiona sobre Segismundo y decide devolverlo a palacio para ver lo que sucede y este se muestra violento y desconsiderado con nobles, damas, criados, e incluso con su padre, el cual le devuelve a la torre donde Clotaldo le convence de que todo lo sucedido había sido un sueño. Segismundo llega a conclusiones sobre la vida y los sueños.
    La acción de Basilio hace que el Pueblo y los soldados descubran a Segismundo y le apoyen y van a rescatarlo a la torre. Cuando llegan donde el rey, este se pone a sus pies y Segismundo es bueno con él. Decide actuar bien ya que si es un sueño, más tarde tendrá remordimientos. Llega a la conclusión de que nunca sabrá si lo que está viviendo es sueño o realidad. Y así acaba, pero durante la historia hay enamoramientos, los cuales al final quedan emparejados: Segismundo con Estrella, y Astolfo con Rosana.

    EL ALCALDE ZALAMEA
    La obra narra el drama vivido en la localidad extremeña de Zalamea de la Serena al pasar las tropas españolas con motivo de la guerra de Portugal. El capitán Don Álvaro de Ataide, personaje de extracción nobiliaria es alojado en la casa del labrador rico de la localidad, Pedro Crespo, a cuya hermosa hija Isabel roba y ultraja. Cuando Pedro Crespo intenta remediar la situación, ofrece bienes a Don Álvaro para que se case con Isabel, a la que rechaza Don Álvaro por ser villana, es decir de clase inferior. Este desprecio afrenta definitivamente el honor de toda la familia de Pedro Crespo. En pleno trauma familiar, es elegido Alcalde de Zalamea y siguiendo una querella cursada a la justicia por la ultrajada Isabel, aún sin poseer jurisdicción sobre el militar, Pedro Crespo prende, juzga y hace ajusticiar a Don Álvaro dándole garrote. La trama se resuelve, cuando el Rey Don Felipe II, revisa la decisión del Alcalde, la ratifica y premia su decisión nombrando a Pedro Crespo alcalde perpetuo de Zalamea.
    Lope de Vega vs. Calderón de la Barca
    Podríamos decir que la obra de Calderón es una creación más reflexiva. Sus personajes son menos vivos, más esquemáticos que en Lope. Debido, quizás, a la diferencia de temperamento de ambos autores, Lope de Vega supo hacer un teatro más natural y “fresco”.
    En cambio, en lo que sí superó a Lope fue en la puesta en escena. Calderón fue un apasionado de la técnica escénica y alcanzó un virtuosismo notable. Supo aprovechar las tramoyas y máquinas procedentes de Italia, mientras que en Lope vemos cierta austeridad en la escenificación.
    En cuanto al lenguaje, Lope de Vega destacó por la naturalidad, mientras que Calderón acudió por igual a las sutilezas conceptistas que a la ornamentación culterana.


    TIRSO DE MOLINA (1583-1648)

    Gabriel Téllez (Madrid, 1579-Almazán, Soria, 1648), conocido en el mundo literario con el pseudónimo de Tirso de Molina, tuvo una andadura vital, a diferencia de Lope de Vega, con pocos sobresaltos y estridencias. De origen humilde ingresó de joven en el convento madrileño de la Merced para profesar un año después en el de Guadalajara. A partir de este momento su vida irá ligada a los designios de sus superiores, cuyos dictados Tirso cumplió siempre con dignidad y obediencia. Recorrió un buen número de conventos mercedarios (Guadalajara, Toledo, Soria, Segovia, Sevilla, Trujillo, Cuenca, etc.) ocupando el cargo de comendador en alguno de ellos. Junto con Madrid fue Toledo la ciudad preferida de Tirso.
    En la ciudad del Tajo, al principio de la segunda década del siglo XVII, pasó nuestro escritor una de sus épocas más felices: entregado a su vocación religiosa, a la lectura, a la producción teatral, a la enseñanza y al trato con los amigos. En esta ciudad se encuentra cuando es seleccionado para una misión pastoral en la isla caribeña de Santo Domingo (1616-1618). De este modo, Tirso es uno de los pocos escritores barrocos que tuvo la oportunidad de conocer de cerca la realidad del Nuevo Mundo. A ella se referirá en algunas de sus comedias, sobre todo, en la Trilogía de los Pizarro (1626-1629) y en la Historia general de la Orden de la Merced (1639), obra que Tirso escribe en su condición de cronista general de la Orden.
    El único suceso grave en esta biografía sin estridencias ocurre en 1625 cuando la Junta de Reformación de las costumbres ataca al mercedario por dedicarse a escribir «comedias profanas y de malos incentivos». Ello obliga a Tirso a trasladarse fuera de la corte, en concreto a Sevilla. Años después (1627-1636) aparecen, hasta un total de cinco, los sucesivos tomos o partes que recogían el grueso de su producción teatral, así como su miscelánea de carácter religioso Deleytar aprovechando (1635), de estructura parecida a su gran miscelánea profana los Cigarrales de Toledo (1624).
    Tal vez afectado por el episodio de la Junta de Reformación y por las presiones recibidas dentro de la Orden, Tirso abandona lentamente la producción de comedias y textos profanos. Sus últimos años los pasa como comendador del convento de Soria. Y a principios de 1648 cae enfermo en el convento soriano de Almazán. Fallece hacia el 20 de febrero, y recibe sepultura en la capilla de enterramiento de los frailes.


    CARACTERÍSTICAS DE SU OBRA
    Tirso siguió el modelo lopesco y defendió la comedia nueva, a la que incorporó elementos intelectuales y de penetración psicológica.
    En sus dramas tiene especial relevancia la preocupación por la condición femenina: sus mujeres además del valor, audacia y decisión que poseen las damas  de Lope, se caracterizan por su notoria inteligencia.
    Se considera a Tirso uno de los maestros de la Comedia de enredo y creador de personajes memorables. En sus obras se observa un alto grado de crítica política hacia el gobierno y hacia la corrupción de la corte.


     EL BURLADOR DE SEVILLA
    De autoría controvertida (se ha atribuido a otros dramaturgos además de a Tirso), El burlador de Sevilla constituye la primera aparición del personaje de Don Juan, mito que generará una larguísima descendencia en la literatura española y universal (Espronceda, Zorrilla, Valle-Inclán, Molière, Lord Byron…)
    Temáticamente, este drama de Tirso de Molina se estructura en dos tiempos:
           Los engaños de Don Juan Tenorio (cuatro mujeres burladas: dos nobles y dos plebeyas)
           Los episodios correspondientes a estos dos aspectos del drama:
    o       Doble invitación. La de Don Juan a la estatua funeraria del comendador para cenar, y a la estatua también para cenar otro día en su capilla.
    o       Castigo. Al acudir a la cita, Don Juan escribe su condena, muere y se hunde en los infiernos.
    Don Juan es el exponente de cierta clase de Hidalgos, jóvenes de buena familia con una conducta moral relajada. En su afán de seducir, todo es válido: consciente de que su conducta es delictiva, Don Juan desconoce la moral y la conciencia, y a su placer sexual se une la vanidad de la burla, que no solo alcanza a las mujeres, sino también a los personajes masculinos.
    Aunque la obra ataca la condición moral de España y a todas las clases sociales (desde el Rey hasta el labriego), el blanco de su crítica es la nobleza.





  2. 1 comentarios:

    1. Anónimo dijo...

      Esto esta reconchudo. Perfectisimo amigo. Saludos desde Buenos Aires

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